EDITORIAL: “El ángel de la bicicleta… amarilla”

Foto:Propiedad de Gladis Carena
(Tomada en 2001 por Roberto Carlos)

Sabía, al igual que el ángel de la bicicleta, que no podía cambiar  el mundo, pero hacía cada día un poco para lograrlo. No hacía falta mucho para lograrlo, un maletín repleto de medicamentos y la paciencia del mundo para regalarle su tiempo a los enfermos, estampitas de la Virgen María y una bicicleta amarilla, sin alas para volar por el mundo… o solamente por General Cabrera.
“El ángel de la bicicleta… amarilla”, no sólo trabajó de enfermero, si no que fue un activo colaborador de la salud pública en nuestra Ciudad y una de las personas que más bregó para que hubiese salud pública y gratuita en los barrios de Cabrera.
“El ángel de la bicicleta… amarilla”, ya jubilado, puso su profesión al servicio de la comunidad; instaló en su humilde vivienda del barrio “Hipódromo” una enfermería abierta en forma gratuita a toda la comunidad.
“El ángel de la bicicleta… amarilla”, visitaba a los enfermos y ancianos en sus domicilios, si a alguien le faltaba un medicamento, se lo conseguía, y fundamentalmente le brindaba algo muy importante, que no se compra con todo el dinero del mundo, compañía y palabras de aliento, algo tan simple como pasar un par de horas charlando con un enfermo terminal suele ser muy importante para su bienestar.
“El ángel de la bicicleta… amarilla”, recibía donaciones en su casa que repartía entre las personas más necesitadas de los barrios.
“El ángel de la bicicleta… amarilla”, detectó que los ancianos de Cabrera tenían poca actividad física y creó el grupo de gimnasia para la tercera edad, simples movimientos para aflojar sus agotados músculos, un lugar de encuentro de charlas, de mates así nació un grupo llamado “Queremos vivir con amor” , que creció hasta ser gigante y llegar hasta ATC (hoy canal 7) como un grupo ejemplar para la tercera edad.
 “El ángel de la bicicleta… amarilla”, notó que casi siempre los ancianos comían solos y tenían poca vida social, por eso creó una vez a la semana una comida comunitaria, donde quienes podían aportaban un poco de dinero para la comida, y quienes no podían simplemente se arrimaban a la mesa, cuando descubrió que las charlas eran repetitivas, sumó a la mesa a periodistas, artistas, políticos, etc ; de esta manera las personas solas amenizaban su vida con nuevas conversaciones que generaba la sola presencia de un invitado.
“El ángel de la bicicleta… amarilla”, muy creyente de la fe católica llevaba estampitas en su maletín y regalaba, oraciones, organizaba viajes, fue uno de los pioneros en difundir la vida y obra de Mario Pantaleo y del Padre Ignacio; además de difundir los mensajes de la “Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús”.
“El ángel de la bicicleta… amarilla”, trabajó activamente en la reorganización Institucional de Ateneo Vecinos… y tantas cosas más que estaríamos tanto tiempo hablando.
Un simple recuerdo, para un gran ser humano Enrique “Nilo” Rodríguez. Falleció el 12 de Marzo de 2012, pero vivirá siempre en el recuerdo de su Ciudad.

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