A pedido lo los simpatizantes de la “Furia Roja”
republicamos este artículo escrito por “De Chiquilín te miraba de afuera” para
la web oficial del club. En el muro de Facebook de Independiente Dolores
oficial pueden encontrarse artículos de los hinchas y fotos que se actualizan
permanentemente.
Escribe “Chiquilín”.
“…La tierra se movió. El sismo se sintió. Pero el partido se jugó bien
lejos de los suelos movedizos del Sudoeste cordobés. De hecho fue aquí, en
General Cabrera. Esto de disputar cada domingo una final se está tornando para
Independiente Dolores en un camino cada vez más tedioso. Encima el encuentro se
empezó a jugar desde que el Rojo y Atlético Sampacho supieron que se enfrentarían
en la 9na fecha. Es por ello que, más que una final, se asomaba una guerra.
Unitarios contra federales ,
capitalistas contra comunistas. Y paradójicamente el “milrayitas” sin morir y
sin aniquilar al equipo cabrerense, terminó siendo el dueño de ese conflicto
bélico.
El primer tiempo comenzó favorable para la visita porque desde el vestuario
el delantero Héctor Abayay quedó cara a cara con Maximiliano Rattazzi. Pero el
charrense fue más grande y evitó lo que más tarde no pudo evitar. El primer
cuarto de hora se jugó en territorio local y a los 16 minutos Federico Chavez
(volante por el sector izquierdo de la visita) apareció como centrodelantero
para inflar la red del arco que da a la tribuna visitante. Miles de miradas
entre once muchachos vestidos de rojo. ¡Se puso todo Negro! Por suerte fue una
ráfaga de imprecisiones para los de Barrio Las Rosas, ya que desde aquel
fatídico episodio Dolores se despertó. No crean que existe un error en la
parabra “negro” que se encuentra entre signos de exclamación. Es que la frase
tiene doble sentido porque Cristian Lucero se transformó en lo que ha sido en
este Clausura 2012. El puntano se encargó de manejar la pelota y ponerla al
piso cuando todos la maltrataban. Un despilfarrador ante tanto juego mezquino.
Tal es así que el empate no se hizo esperar mucho porque 8 minutos más tarde de
la apertura del marcador Maximiliano Alvarez yapó un rebote (quizás el enésimo)
después que el área chica fuera un flipper y el balón la bolita de acero. A
empezar de nuevo. Y hasta el final de la primera mitad el dominador fue la
Furia. Joaquin Tanusi y los ya mencionados Alvarez y Lucero aportaron
verticalidad, mientras que Ezequiel Lopez se puso el overol. Pero el arquero
visitante, Alejandro Milloch, fue una pared hasta el minuto 45. Y así el
árbitro de este partido, Juan José Dardanelli, mandó a los vestuarios a ambas
escuadras.
El olor a choripán marcó la hora del comentario. “¡Que saque a éste!”,
“¡Que deje 3 en el fondo!”, y otros planteos tácticos sonaron entre el público
cabrerense. Porque ya es sabido que ponerse el buzo de DT fuera del rectángulo
encerrado por el alambrado es cosa sencilla para el futbolero.
El complemento fue un chequeo cardiológico. Los protagonistas no imaginaron
(y los espectadores tampoco) que estaban a punto de vivir una verdadera odisea.
El amplio dominador de la segunda mitad fue el local. Los de Billalva
manejaron mejor la pelota y el gol llegó rápidamente: a los 16 minutos una
buena jugada de Castro y Lucero por derecha terminó en la habilitación para Alvarez
y éste definió de zurda ante la salida del arquero. Pedazo de golazo. Desde ese
momento hasta el final el Rojo debió soportar todo tipo de embate sampachense.
Y aquí es donde aparece el punto de inflexión. Dolores debió agregarle a su
equipo frescura y velocidad para aguantar el resultado y aprovechar el
contragolpe respectivamente. Pero el técnico prefirió guardarse las variantes.
Para colmo de muchos, Hernán Celaye desperdició un mano a mano más claro que el
mismísimo agua. El juego se desempeñaba, como en los inicios del encuentro, en
campo local. El Rojo perdió la pelota y tuvo que retroceder y el consecuente
adelantamiento del “milrayitas” fue letal: a los 37 minutos una mala salida de
Rattazzi permitió que el esférico llegue a un solitario Abayay en el área chica
y éste de cabeza consiga el empate. Empate que fue definitivo. Si la Furia
estaba desestabilizada, esto fue un gancho al hígado. Aunque el golpe de nocaut
se lo propinó en el minuto 92 Dardanelli al no cobrarle un penal más grande que
el Circuito Rojo. Y el partido se esfumó con la ilusión de conseguir los 3
puntos…”
El final del torneo se acerca e Independiente Dolores aún permanece en zona
de descenso directo. Quedan por jugar 18 puntos. Aunque el problema no es la
campaña del Rojo en el segundo semestre del año, sino la pobre cosecha de
puntos obtenida en la primera mitad de este 2012. La Furia navegará en mares
difíciles de aquí hasta la finalización del Clausura. Ojalá que el barco no se
hunda.
De chiquilín te miraba de afuera
Muchas gracias por publicar nuestras notas, invitamos en la misma a participar a todas las personas de Cabrera en nuestro facebook oficial.
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