Pocas cosas nos
hinchan el pecho a los cabrerenses como ver a Pablo “Cholo” Guiñazú con la
camiseta de la selección ingresando al campo de juego, y lo vimos una vez más,
tanto se había hablado del “tridente” ofensivo, y Guiñazú entró para cambiar ese
esquema , reemplazando al “Kun” Agüero para darle mas presencia al equipo en la
zaga central, cada vez que suma partidos nos ilusionamos más aún con un cabrerense
en el mundial de Brasil.
Fue 3 a 0 ante un
Uruguay que lo incomodó durante buena parte del partido. La Pulga, que había
marcado el primero cuando el partido estaba complicado, puso el tercero con una
avivada en un tiro libre. El segundo fue del Kun.
"Mi viejo me
contaba de Maradona, yo a mi hijo le contaré de Messi", flameaba la
bandera en una de las cabeceras del Malvinas Argentinas. Y no es que el público
mendocino esté acostumbrado a vibrar con las gambetas de la Pulga. En el primer
partido oficial de la historia de la Selección en Mendoza, el crack, el
capitán, el diferente, el heredero de la diez celeste y blanca de la cinta de
Diego, Leo Messi, brilló como siempre y le dio tres puntos de oro al equipo de
Alejandro Sabella que dio un pasito más rumbo al Mundial de Brasil y terminó la
primera rueda de las Eliminatorias en la cima de la tabla.
La Selección estaba
obligada a ganarle a Uruguay para mantener el liderazgo. Los triunfos de
Colombia y Ecuador la habían dejado en el tercer lugar. Pero no todo salió como
esperaba el entrenador argentino. Al menos en el primer tiempo...
Se sabía que Uruguay
se iba a parar a jugar de contra, con Edinson Cavani como volante. Se dio el
partido que se presumía, aunque con los resultados que esperaba Tabárez y no
Sabella. Un juego cortado, demorado y sin sorpresas. Dominó Argentina, siempre,
aunque también mostró carencias para romper el cerrojo charrúa. Estacionó los
ataques por izquierda, con la subida de Rojo y la habilidad de Di María. Pero
por ese lateral estaban Maxi Pereira y Alvaro González. Se notó que Zabaleta no
estaba predispuesto para pasar al ataque. Y Argentina dependió mucho de
Messi... Y Messi respondió como lo que es: el mejor jugador del planeta.
A los 16, con la falta
en el área que simuló Agüero se despertó el estadio. Y la Selección empezó a
calentar motores. Enseguida, la Pulga dejó a tres en el camino a pura velocidad
y quiebre de cintura, casi sin necesitar tocar el balón. Descargó para Di María
que sacó un buscapié que encontró las manos de Muslera. Y a los 27, otra vez
Messi: uno por el camino, dos... encontró el perfil y sacó un zurdazo a
colocar, al segundo palo que se estrelló contra el parante. También probó de
tiro libre la Pulga, a los 32 y le ganó Muslera. Messi deslumbraba, pero el gol
no llegaba. Uruguay buscaba una falta cerca del área y tuvo una sola a los 34.
Después de dos rebotes, Luis Suárez inquietó a Romero. Un llamado de atención.
De movida, en el
complemento, Uruguay comenzó a sacar a relucir todo su repertorio de artimañas:
calentar el partido, discutir, cortar el juego y hacer tiempo. Pero no hay
"trampa" que pueda apagar la luz de Messi.
Cuando Sabella
caminaba como enjaulado al borde de la línea de cal y miraba de reojo a Sosa,
Desábato, Clemente, Barcos y Enzo Pérez, Messi abrió el partido y todo fue
diferente. Tomó el baló en la puerta del área, descargó hacia la izquierda y
picó al gol. Di María le tiró la pelota justa y llegó poner la punta del botín
zurdo para vencer a Muslera y desatar toda la euforia del Malvinas Argentinas
que ahora sí vivía su fiesta.
Nueve minutos más
tarde, a los 29, llegó el segundo. Otra vez la Pulga le sacó brilló a su zapato
izquierdo. Con un pase de cucharita, quebró a toda la defensa uruguaya. Di
María quedó sólo, tocó para el medio y Agüero sólo tuvo que empujarla para el
2-0. Los tres puntos ya estaban en casa, y Brasil quedaba más cerca que nunca
de Mendoza.
La frutilla del postre
que Argentina se comió frío como esa venganza dulce tras la eliminación de la
Copa América llegó a los 34. Tiro libre, barrera y Messi. Le dio de zurda, los
uruguayos saltaron y la pelota se coló por abajo, rodando como si el césped fuera
un paño verde billar y la zurda de Messi el taco con la más fina tiza.
"Gracias Messi por ser Argentino", dice otro trapo que quedó colgado
en la tribuna. Sus dueños se fueron a festejar.
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