GENERAL CABRERA: Comercio, víctima de la inseguridad, cierra sus puertas después de 23 años.


El 3 de noviembre de 1990 Gerardo estaba a punto de cumplir 19 años y Graciela tenía 20, iniciaron, con la colaboración de algunos familiares, un arriesgado proyecto, inaugurar una despensa en su barrio, por aquel entonces se llamó Despensa “Bessone”, por razones impositivas y de marketing, cambió dos veces de nombre Despensa “Ger – Ari” en 1991 y Maxi Kiosco “Ger Ari” a parir del 2003; aunque siempre en el mismo lugar y con la misma impronta de brindar un servicio a los clientes de la zona Sur de General Cabrera.

En 23 años pasaron muchos gobiernos, muchos ministros de economía y muchas crisis económicas, pero nunca imaginaron en aquellos años que el fin de su comercio vendría de la mano de una ola de inseguridad e inacción policial en esta década.

Tristes después de cerrar las puertas por última vez, los comerciantes recuerdan que  hace algunos años, por allá en el 2003 estuvieron a punto de cerrarlo, en aquel entonces habían cerrado otro comercio que tenían y el problema también se había “contagiado” al almacén de barrio; cuanto contaron su decisión recibieron ayuda de dos mayoristas que apostaron a darles una mano y evitar el cierre de su fuente de trabajo, el villamariense Rubén Rinero, ya fallecido, propietario de distribuidora “Mayco”; el mayorista cabrerense Roberto Audissio y el repartidor Claudio Bonni, ayudaron a restablecer, de apoco, el comercio y convertir aquella despensa en un “Maxi Kiosco”.

En este 2013 pensaban modernizar el salón de ventas, realizando una inversión importante, con el objetivo de que Gerardo dejase de trabajar en tareas rurales, y que ambos se dedicaran exclusivamente a su kiosco; pero dos hechos de inseguridad, violencia y reiteradas amenazas, desembocaron en la decisión de cerrar sus puertas definitivamente en la noche de este domingo 17, después de 23 años de atención ininterrumpida.

Clientes, amigos y abastecedores vivieron con indignación la noticia; “… la inseguridad nos golpea todos, es cada vez peor y nadie hace nada…” comentaba Hugo, mientras descargaba su pedido por última vez en “Ger Ari”. Sergio, un repartidor de mercaderías decía, “… Yo vine desde un pequeño pueblo a trabajar a Cabrera, nunca me faltó trabajo, es triste que a la gente les pase estas cosas, nos perjudica a todos…”

Trabajar desde las 6:00 de la mañana hasta la medianoche detrás de un mostrador durante 23 años les trajo no sólo esta tristeza de la despedida, sino que le dio muchas alegrías, gracias a su comercio pudieron conocer todas las provincias de Argentina, brindarle estudios Secundarios y universitarios a su hija, y fundamentalmente sentirse orgullosos de ganarse  la vida con dignidad, con la dignidad que solamente da un trabajo honrado.

Hoy víctimas de la inseguridad perdieron parte de su trabajo, están muy dolidos, pero a su vez agradecidos de todas aquellas personas que más de una vez cruzaron la puerta de su comercio para comprar una golosina o una bebida fresca. Saben que la unión de la familia les permitirá, vencer las adversidades, a pesar de las burlas de algún periodista Kichnerista local a través de las redes sociales, como si ese periodista desconociera que la inseguridad se afianzó en Argentina de la mano de los K.

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