EDITORIAL: A nadie le interesa Nuestra cultura y no dejan descansar nuestros muertos en Paz.

Foto1: Pared de la Capilla a punto de caer a metros del pórtico
Foto 2:Los más atacados los sepulcros de bebés
Foto3: La imagen muestra como saquan los sepulcros.
Foto 4: La imagen más impactante la de un féretro recientemente saqueado, se observa el ataúd violentado, restos óseos algunas prendas de vestir y al costado del sepulcro su pierna izquierda con el calzado y restos del pantalón

No es la primera vez que en www.gentedecabrera.com.ar vamos a tratar el tema de la “Capilla Tegua” Monumento Histórico Nacional… Monumento histórico a la desidia cultural argentina.
Sabemos a ciencia cierta que restaurar un monumento histórico no es tarea sencilla, ya que cada ladrillo, cada piedra, cada lápida debe permanecer en su lugar original y con el mismo rigor arquitectónico que reflejó el autor de cada obra. Pero costaría mucho menos que los 600 millones de pesos que cuesta “Fútbol para todos”, mucho menos que reconstruir la “Casa de las Tejas” o un valor similar al gigantesco puente que construyeron a pocos kilómetros sobre la Ruta 36 y que los niños de la Escuela de Alcira Gigena se niegan a usar. Cientos de planes sociales pagan Nuestra Nación y Nuestra Provincia; tan difícil sería pagar un plan para que una familia habite en la inmediaciones de la Capilla y la proteja de los vándalos; tal vez la capilla que nunca la dirección de turismo de Nuestra provincia la incluyó en el listado de lugares culturales a visitar está demasiado lejos de la ruta y nadie la ve o tal vez a nadie le interesa Nuestra cultura.
Hace algunos años un grupo de personas interesadas en el tema, y gracias a la colaboración de los Legisladores Enrique Sella y Alicia Menta  (Mandato Cumplido) se aprobó un proyectos de Interés Legislativo, pero sólo se lograron con el mismo unos pocos fondos para restaurar el predio que llevó a cabo el Municipio de Elena, pero de la restauración histórica ni se habló.
La Capilla se cae por el desgate del tiempo y la falta de restauración; pero lo más indignante sucede en el cementerio, la profanación de tumbas; la razón no se sabe, algunos hablan de simples daños de vándalos; otros de alguna secta satánica que realiza rituales con restos humanos; y los más arriesgados mencionan la “fiebre del oro” que habla de la antigua tradición de enterrar a los difuntos con sus alhajas, aunque si tenemos en cuenta que los féretros corresponden a personas que habitaban las cierras chicas, agricultores muy humildes, seguramente no tenían joyas , ni siquiera para lucir en vida.
Las tumbas son rotas a martillazos en el lugar donde hay restos humanos, los más atacados los sepulcros de bebés, la imagen más impactante la de un féretro recientemente saqueado, se observa el ataúd violentado, restos óseos algunas prendas de vestir y al costado del sepulcro su pierna izquierda con el calzado y restos del pantalón.
Quién quiera oír que oiga … O que lea.
GERARDO BESSONE

Comentarios