GENERAL CABRERA: A pesar de la lluvia de esta semana la sequía dejó secuelas irreversibles.

El panorama en los campos de nuestra región es desolador a pesar de la lluvia de esta semana, la mayoría de los lotes de maíz ya fueron descartados; algunos fueron resembrados con soja , otros fueron convertidos en rollo de forraje, y algunos lucen novillos en su interior.
La soja se espera que llegue a fin de cosecha con un rendimiento de entre 10  y 12 quintales la hectárea, cuando producirla tiene un costo de 8 quintales en campo propio, con maquinaria propia, 10 quintales en campo propio y cosechadora contratada; y el costo se eleva entre 20 y 33 quintales si el campo fue alquilado; toda una perspectiva negativa para una región inminentemente agrícola como la nuestra.
Las tormentas pasaron en enero por encima de General Cabrera  y la región dejando poco y nada de agua. Por eso enero quedó inscripto como el más seco de los últimos 36 años en la ciudad según los registros históricos de la Cátedra de Agrometeorología de la Universidad Nacional de Río Cuarto. Es que en los 31 primeros días del año se sumaron apenas 22 milímetros de lluvia cuando la media histórica para ese período se ubica entre 125 y 130 milímetros. Fueron entonces más de 100 milímetros de déficit que se sumaron a los más de 80 de diciembre. La sequía se profundizó en ese período, lo que terminó por decretar enormes pérdidas de cultivos. Lo cierto es que el primer mes del año desbancó al enero más seco que figuraba en los registros y que fue el de 1976, con 25 milímetros.
Esto se agrava si se tiene en cuenta que diciembre y enero son los más llovedores en la región, pero terminaron aportando casi los milimetrajes de meses de otoño. De este modo, el problema de la campaña de granos gruesos ya comienza a proyectarse hacia adelante por la poca reserva de agua que podría quedar para los meses más fríos. “Hay mucha inestabilidad en el ambiente y las tormentas se generan casi a cada rato, por eso todavía se puede ser optimista en que las lluvias lleguen. De todos modos, claro que para los cultivos de verano ya sería tarde”, explicó el titular de la cátedra, Roberto Seiler. El especialista señaló que “hay una atmósfera muy aleatoria que dificulta las predicciones”. Sin embargo eso sería algo coyuntural.
“En realidad tenemos una Niña muy débil- dijo Sailer- y aquí estarían influyendo también algunos factores locales y regionales para que las lluvias no se den, como cultivos, incendios forestales o incluso la misma Sierra de Comechingones.
En declaraciones a FM La Voz de La Amistad el Ingeniero agrónomo Ariel Bessone de la Cooperativa Cotagro dijo “Si bien la lluvia se hiso presente fue demasiado tarde en Cabrera y la región se perdió más del 50 % de la cosecha de soja; solo hay que esperar un recupero en la cosecha de maní”.

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