GENERAL CABRERA: Cuando la vida del “Mimi” Ducant fue contada en “La Nación”



LA NOTA ORIGINAL (“LA NACIÓN”) (Año 2007): “Mimi Ducant, el matarife del pueblo”
INVESTIGACIÓN PERIODÍSTICA: Verónica Dema.
FOTOS: Héctor Rojo 


Miguel Ducant, alias Mimi, es famoso en General Cabrera, una ciudad de 10.000 habitantes en el sur de Córdoba, porque se animó a pelear con un oso de circo y le ganó. "Lo puse de espaldas", recuerda, todavía orgulloso, el hombre macizo y alto como una puerta. Pesa 170 kilos y mide casi dos metros.

Son las 7.30 de un lunes feriado, la radio anuncia tres grados bajo cero. Mimi se calza la bombacha de gaucho, se pone las alpargatas de siempre, sin medias, y encara el patio. Ya está armando la parva de leña para prender el fuego. Carga 50 litros en cada una de las dos ollas negras. En dos horas empezará a carnear dos cerdos recién llegados del campo.

 Mimi fue carnicero durante 24 años. Empezó a los 15 en la carnicería del barrio y se retiró para dedicarse a faenar cerdos, una actividad que empieza a multiplicarse en la ciudad desde que las carneadas se apagan en el campo. Según cuenta, cada vez más lo contratan para ir a los campos y unas 50 familias eligen llevarle los animales para que trabaje en su casa.

Como el productor Eduardo Dagatti, que desengancha el carro con dos cerdos y pregunta a qué hora pasa a buscar la carne. "Nos ahorra la peor parte: degollarlos", dice. 

Mimi tiene dos ayudantes. Uno abre la puerta del carro; el otro enlaza el cogote del animal elegido. Mimi le amarra las patas; el animal cae y corta el aire con un quejido filoso como el cuchillo que empuña su verdugo. Lo cargan en una mesa de madera con rueditas. Va camino al matadero.

El cuchillo afilado penetra en el corazón del animal. Luego, el silencio, sólo interrumpido por la gota que cae en el balde. Uno de los perros bebe la sangre tibia. Los hombres silban. No bien sacan el cuchillo rojo uno vuelca agua sobre la bestia; los otros lo pelan. La mesa es una nube de humo.

 Mimi marca en mitades al animal; desde el centro salen las vísceras. La carne, que cuelga en mitades, empieza a orearse. .

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