GENERAL CABRERA: ¿ Se acuerdan del “sátiro” del Barrio “San Martín”?


Corría el año 1991, el barrio “San Martín” era muy diferente a lo que es en la actualidad, casi no había tapias de lajas ni de ladrillos, por lo tanto al salir al patio los vecinos de toda la manzana podían saludarse, largas conversaciones realizaban las vecinas mientras tendían la ropa a través de los tejidos que dividían las propiedades. 

Las calles del barrio tenían sólo un foco en cada esquina, lo que sería una falta de respeto llamarlo alumbrado público.

En ese contexto se produjeron tres hechos, que después generaron el “mito urbano” del “Sátiro del Barrio San Martín”.

Graciela una joven comerciante de unos 20 años , oyó que golpeaban la puerta de su almacén, algo inexplicable, ya que la puerta de ingreso estaba abierta, al dirigirse al lugar notó que la puerta había sido cerrada con llave desde adentro, como estuvo trabajando con unas plantas en el jardín habían quedado las huellas marcadas, había ingresado por los patios una persona que calzaba unos borceguíes número 43 o 44, nunca se supo que intenciones tenía, ya que la presencia de la persona que golpeaba la puerta seguramente provocó su huída, la policía requisó los alrededores, pero nunca apareció el buscado.

A los pocos días Paola, otra joven de unos 20 años  dormía con sus ventanas abiertas, algo muy común en una Cabrera muy segura por aquellos años, cuando despierta nota que una persona había ingresado a su habitación y la alumbraba con una linterna, cuando grita el nombre de su padre, el intruso parte por donde había ingresado, el progenitor de la joven logra verlo, estaba vestido con pantalón y camisa blanca , toma su auto e intenta perseguirlo, el sospechoso logra escabullirse en las malezas cercanas al cementerio, donde hoy está instalada una venta de maquinas agrícolas y no lo pudo alcanzar.

El tercero de los hechos fue cuando otros dos hermanos veinteañeros Laura y Mariano oyen que alguien caminaba en el techo de su vivienda, cuando encienden la luz, emprende la huída y no logran verlo.

Estos tres hechos fueron los únicos que realmente sucedieron, lo demás fue sólo el mito urbano, los vecinos del barrio montaban guardia, vigilaban las calles desde los techos, se turnaban para custodiar, aunque nada más se supo, los únicos detalles eran que calzaba 43 o 44 usaba borceguíes, vestía  ropa blanca y empuñaba una linterna con la mano izquierda, por lo que se sabía que era zurdo; nunca más volvieron a verlo.

Cuando el mito se agotaba, Adrián Monetti se enteró de lo sucedido y cuando la noticia salió por radio, todos creían verlo por los diferentes barrios de Cabrera, se cargaban camionetas repletas de voluntarios para buscarlo, en definitiva los únicos tres casos reales fueron los mencionados, que felizmente nunca pasaron a mayores, lo demás fue parte del mito.

Una historia de General Cabrera, que ya pasó al olvido… “El sátiro del Barrio San Martín”.

Comentarios