RÍO TERCERO: Cesar Tapia un cabrerense en permanente lucha contra las drogas.


César cuando niño vivía en General Cabrera y recorría las calles del barrio “Argentino”, hoy, las vueltas de la vida lo llevaron a ser uno de los más reconocidos luchadores contra el flagelo de las drogas en la provincia de Córdoba, el Diario “La Voz del Interior esta semana publicó una interesante nota sobre su labor que reproducimos.

La lucha de una ONG para tratar a adictos en el interior cordobés

Es única para una amplia región del interior. Se sostiene con aportes voluntarios. Lleva cinco años y atiende problemas cada vez más agudos.

Río Tercero. Mientras la Provincia redujo los presupuestos que destina a entidades civiles dedicadas a la rehabilitación de drogadictos, en el interior cordobés hay pocas asociaciones que sobreviven y dan pelea para ofrecer un espacio.

Desde hace años, los centros de rehabilitación oficiales o de ONG para adictos resultan insuficientes. Y para las familias de pequeños pueblos o ciudades medianas eso implica un problema adicional: para acceder deben viajar adonde los hay.

Por caso, en Río Tercero funciona desde hace cinco años la Asociación Civil Nuestra Señora de Luján (antes llamada Fundación Viaje de Vuelta). Es el único centro para una amplia región del interior. Y no da abasto. Pero antes de su desembarco, no había ni una sola instancia cercana en esta zona.

César Tapia (37), responsable de la organización, cuenta que reciben aportes voluntarios de gente más algún aporte de los municipios de Río Tercero y Hernando, además de la cuota de aquellos padres de chicos en tratamiento “que la puedan abonar”. Desde hace unos meses reciben además a chicos enviados por la Senaf (Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia de la Provincia).

El Club Deportivo Independiente de Río Tercero recientemente le otorgó una hectárea en comodato por 100 años. Allí está edificando su sede propia. Primero será para 10 camas y luego el proyecto aspira a albergar a 20 pacientes, en 300 metros de superficie cubierta. Hoy tiene cinco internos, pero el número fluctúa. “La solidaridad es lo más fuerte para el mantenimiento”, agradece Tapia.

Recuerda los primeros pasos con “el alquiler de una pequeña casa en un barrio pobre” mientras lanzaba la propuesta de ayudar a los jóvenes adictos. La contención era al principio de jueves a domingo, con actividades como ir a pescar con los chicos que se acercaban y tratar de mantenerlos ocupados. Hoy, ya es a tiempo completo.
La Fundación Viaje de Vuelta nació en relación con la iglesia católica. Lo religioso no es excluyente pero ocupa su lugar. Tapia acota que se “trabaja mucho en la fe, en darle algún sentido a la vida, en cambiarla, a través de mantenerlos ocupados, con actividades coordinadas”. A las tareas, se suman terapias individuales y grupales con una psicóloga y un plan alimentario asesorado por una nutricionista.

Cocaína y paco. Tapia marca con preocupación que la droga ha llegado ya hasta a los pueblos más pequeños. Para Río Tercero, de 50 mil habitantes, marca que hay consumo de “cocaína e incluso paco”. Cuestionó que ya sea sencillo conseguir alcohol y hasta drogas mediante delivery. Para Tapia “no toda la responsabilidad es de la Policía y la Justicia, también es de los padres”.

No ve mal a la nueva ley cordobesa contra el narcotráfico, que deja para la Justicia Federal las causas más complejas y las menores pasan a ser atendidas en el fuero provincial. “Pero hay que esperar para evaluar sus resultados”, acotó.

La duda que tienen las asociaciones de este rubro es saber cuál será el parámetro que la Justicia aplicará cuando se trate de venta al menudeo, en el que el último eslabón termina siendo el adicto.
Por trabajar para recuperar a jóvenes adictos, Tapia padeció hasta amenazas de muerte. La más grave –según cuenta– fue de un vendedor de droga, hace un par de años, que le dijo que le daría “cinco tiros en la cabeza”, si mantenía su lucha. La denuncia está radicada. “Pero ese tipo sigue vendiendo”, se lamenta

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