RÍO IV: Nuestro Pastor Eliseo habló con “Puntal” sobre la renuncia del Papa.

El obispo diocesano, monseñor Eduardo Martín, dijo ayer que la renuncia del papa Benedicto XVIes un gran testimonio de desapego a los poderes.
En diálogo con PUNTAL, el prelado local sostuvo que se trató de “un papado luminoso” en materia de la fe y agregó que el nuevo Pontífice tendrá como desafío la evangelización.
 

- ¿Lo sorprendió la renuncia del papa Benedicto XVI?
- Ciertamente. Fue una gran sorpresa y conmovedora a la vez. Ya el Papa había hablado de la posibilidad de renuncia. Dijo que si un Pontífice no tenía las fuerzas físicas, psíquicas o mentales no sólo tenía derecho a renunciar sino que debería renunciar. Mirándolo desde esa perspectiva no es algo inesperado. Pero en el hecho concreto causó sorpresa. Yo estaba en la capilla rezando y vino monseñor (Julio Lorenzo)
Estrada (vicario general)y me dijo que el Papa había renunciado.

- ¿Qué reflexión le merece esta renuncia?
- Por un lado, un gesto de realismo de alguien que en su lucidez dice que ya no tiene fuerzas, con 85 años y problemas del corazón. Tenían que llevarlo en una plataforma móvil. En el texto de la renuncia, dice que el ministerio petrino tiene una dimensión de sufrimiento y de oración pero que necesita también de una capacidad física. El Papa se da cuenta de que no puede seguir gobernando. Por el otro lado, es un gesto de grandeza y de libertad. Porque hay que tener una libertad y un coraje muy grandes para tomar una decisión de esta naturaleza. Y
un gesto de grandeza de alguien que en verdad nunca estuvo apegado al poder y, por lo tanto, nos da realmente un testimonio extraordinario. De alguien que asumió este servicio como una cruz, como un sacrificio, como una entrega. Él dijo que pensaba dedicarse en sus últimos años a la reflexión y al estudio. Esto nos da un gran testimonio de desapego a los poderes.



- ¿Es también un gesto hacia adentro de la Iglesia?
- Nos habla a nosotros y también al mundo que se aferra al poder. Porque si no estoy yo o si no se hace lo que a mí me parece la Iglesia se viene abajo. Esto a veces también pasa con los gobernantes que creen que si no están ellos el mundo se viene abajo. Y
no es así. Es un acto de fe justamente porque a la Iglesia la guía el Señor. Ysi no tenemos esta mirada de fe nos equivocamos en el análisis.

- ¿Su papado estuvo empañado por los casos de abusos sexuales y el Vatileaks?
- Evidentemente que todo eso fueron situaciones difíciles. Aunque él abordó con mucha valentía el tema de los abusos en la Iglesia. En ese sentido, planteó la tolerancia cero. Sancionó al fundador de la orden “Los Legionarios de Cristo” (Marcial Maciel). En rigor, le tocó a él enfrentar problemas que venían de bastante años atrás. Lo de los documentos filtrados evidentemente lo deben haber afectado. Desnudaba las grietas de su gobierno.

- ¿Qué dejó, para usted, su papado?
- Fue un papado luminoso en el orden de la enseñanza de la fe. Si uno sigue sus encíclicas y su catequesis, Benedicto XVI ha sido un maestro y un sabio que nos ha marcado un rumbo. También su gran esfuerzo y su gran empeño intelectual de afirmar y poner de relieve la razonabilidad de la fe. Porque ése es uno de los graves problemas de Occidente que ha relegado la fe a un producto subcultural. Y
el cristianismo se ha manifestado como la plenitud de lo humano no como algo irracional. Porque si no me reduzco a la categoría de un animal. El Papa dialogó con los grandes hombres de la cultura de hoy. Por ejemplo, con el filósofo agnóstico Jürgen Habermas. Benedicto XVI también generó un clima favorable en el marco del ecumenismo.

- ¿El sucesor puede llegar a ser un argentino? Se habla de los cardenales Leonardo Sandri y de Jorge Bergoglio.
- Todo eso puede ser. Es posible. Pero hay que distinguir entre lo posible y lo probable. Uno está en la Curia Romana, que es el cardenal Sandri y, el otro es nuestro cardenal Bergoglio. En ese sentido, no me atrevo a hacer especulaciones. Porque a veces los más cantados después no salen.

- ¿Puede ser éste un momento de la Iglesia para revisar hacia dónde va?
- Evidentemente que siempre un cambio de Pontífice, en este caso inédito porque estamos a casi 600 años de que un Papa renunciara, abre expectativas. Por ejemplo, cómo va a abordar el próximo Papa las dificultades y los problemas que hoy se le plantean a la Iglesia. Veremos qué es lo que el Espíritu Santo y los cardenales dedicen. Porque así hicieron los apóstoles. Por eso, invito a todos los fieles a orar para que el Espíritu Santo ilumine a estos hombres que tienen la responsabilidad de elegir a quien va a guiar la Iglesia Católica en los próximos años.

Los desafíos

- ¿Cuál cree que van a ser los principales desafíos del próximo Papa?
- El gran desafío de la Iglesia hoy es el tema de la evangelización. O
sea de una cultura, sobre todo en Occidente, que se ha apartado del cristianismo. Entonces hay como una brecha entre los postulados de la cultura tecnológica y racionalista y la fe cristiana. Por eso, creo que es un tiempo para volver a lo esencial de la fe que ya lo planteó Juan Pablo II y lo volvió a plantear Benedicto XVI. Es decir que los hombres puedan volver a redescubrir a Jesucristo. Otros desafíos son cuál va a ser la postura frente a la injusticia, la pobreza en el mundo, el sistema económico, etcétera. Después está todo el tema cultural en torno de la mirada que tiene el mundo occidental sobre el hombre y la mujer, la sexualidad y el matrimonio. También está el sacerdocio. Hay muchos temas. Pero lo esencial de la Iglesia es la misión. Cuanto más misionera es la Iglesia más se esclarece la fe y mejor cumple su misión.


Marcos Jure
Marcelo Irastorza

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