SANTA FÉ: Buffarini con ayuda Papal.


El futbolista de General Cabrera Julio Buffarini fue pieza clave en el triunfo de san Lorenzo en Santa Fé frente a Colón, el cabrerense pudo lucir la casaca con el nombre del Papa Francisco creada especialmente para este encuentro.

Con un gol en contra y resistiendo una hora con un jugador menos (roja a Cetto), San Lorenzo le ganó 1-0 a Colón en Santa Fe. El Ciclón se prende, con Bergoglio en la camiseta y Migliore haciendo milagros en el arco.

Fue una semana atípica y agitada en las oficinas de San Lorenzo. De diferentes idiomas, de medios de todo el globo, de cruces y rosarios. La asunción como Papa de Jorge Bergoglio, hincha del Ciclón, trastocó la agenda del club. Y, parece, trajo suerte: usando una camiseta con la imagen de Francisco I en el pecho, San Lorenzo derrotó a Colón 1-0 en Santa Fe a pesar de sufrir una expulsión a los 33' del primer tiempo.

El partido fue un Via Crucis para los muchachos de Pizzi. Porque Colón tuvo las mejores chances en el primer tiempo, que fueron ahogadas por un celestial Migliore. Pero además porque a Cetto se le fue la mano en la protesta: Pezzotta lo expulsó por reclamos exagerados al línea a la media hora de juego, cambiando el plan de San Lorenzo en el Cementerio de los Elefantes.

Sin embargo, la roja terminó acomodando mejor al Ciclón en la cancha. San Lorenzo se replegó atrás con un par de cambios defensivos de Pizzi, pero también supo cuidar la pelota lejos de su área ante la apatía y la intrascendencia del juego de Colón. Y, tal vez con intermediación del Vaticano, cayó un regalo del cielo: Ramírez se hizo un gol en contra con la mano (¿la de Dios?) a la salida de un córner. Con la ventaja, el Cuervo se replegó más y no sufrió ante la inercia del Sabalero.

Sin ideas, Colón se entregó mansito ante su gente y dejó un manto de dudas sobre la continuidad de su DT, Sensini. San Lorenzo, en cambio, supo a qué jugar con la roja en contra y aprovechó el gol en contra de Ramírez. Así, el Cuervo llegó a nueve puntos en seis fechas del inicial. Y claro, con Francisco I en el pecho, sobra la fe.

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