En Las Perdices,
aproximadamente a las 4 de la madrugada del viernes en el domicilio de la señora Ameris Zabala de
Fandiño, de 84 años de edad, en el que ingresaron varios individuos rompiendo
una ventana y atando de pies y manos a la anciana, según informó Radio “La Show”
de General Deheza.
La vivienda está ubicada en
intersección de Bv. San Martín y Santa Rosa, y los delincuentes, luego de atar
a la señora, huyeron con una suma de dinero.
Posteriormente, y a través
de distintos allanamientos, la Policía local logró la detención de uno de los
supuestos autores del hecho, de 25 años de edad, que también vive en las
Perdices.
Hace unos días se produjo
un hecho violento de robo en una venta de repuestos de motocicleta en Las
Perdices. Si bien hubo algunos allanamientos positivos no hay detenidos por
este hecho.
En el mes de marzo le había
tocado a una vecina de 85 años. Tempranito, cuchillo, paciencia, capucha,
cigarrillo, más de lo mismo. Un familiar de esta señora de 85 años de nuestra
localidad dialogo en privado con el periodista Guillermo González de Radio X102
de Las Perdices y con mucha paciencia y mesura conto con lujo de detalle lo que
le ocurrió a su madre. Con un todo de RESIGNACION se la escucho, y preguntándose permanentemente "Que Se Puede
Hacer". El asalto fue a las 08.30 y la abuela fue sorprendida por la
espalda amenazada con un arma blanca colocada en su cuello justo cuando ella
ingresaba a su vivienda, "como si estuviera esperando que yo me fuera a
trabajar", nos cuenta Susana. La coloco boca abajo en su cama
preguntándole donde tenía dinero. Lo que la abuela tenia no era mucho y no se
confirmo cuanto fue lo sustraído. Lo que si quedo, es una vivienda (una mas)
completamente desordenada, con todo tirado al piso y por sobre todo "la
violación de la privacidad y los derechos de una octogenaria". Lo que su
hija contaba es que tenía todo bajo control, tuvo tiempo de fumar y con mucha
paciencia espero desde las 08.30 hasta las 12.30 que llegara Yo. Mi madre
estuvo aproximadamente 4 horas sin probar una gota de agua y con la tención, la
desesperación y la incertidumbre de que iba a pasar. "Es una rata, una
persona ratera que entro encapuchado para que no lo reconocieran" dijo
Susana, la hija.
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