Después del festejado triunfo en la última jugada la semana
pasada “Iguanas” Rugby este domingo
recibe la visita de “Hormigas” de Oliva en una nueva fecha válida por la liga
FRIC.
Recordemos que desde comienzos de esta temporada “Iguanas
Rugby” de General Cabrera integra la recientemente creada liga FRIC, que nace
de la separación de la Unión Cordobesa, cuando el tema parecía agotado renace
la polémica con una nota firmada por Ricardo Bordcoch, presidente de
Universitario, con nuevas propuestas, el texto de la nota dice:
“…Los hombres de rugby nos caracterizamos generalmente por
zanjar nuestras diferencias institucionales mediante la resta o la división. El
que se enoja con los que gobiernan, da un portazo, se lleva a los suyos y se
instala en otra parte. Consecuencia: se cierra el diálogo y se abre la
incógnita. Tal vez sea un perfil negativo del principio rector de nuestras
vidas, aprendido a fuerza de golpes en la cancha, el mismo que nos empuja a
disputar con el último aliento el menor resquicio.
Como socio, jugador, referee y dirigente de rugby - hoy
presidente del Club Universitario de Córdoba - he sufrido en carne propia la
disgregación del rugby de mi club, otrora acaparador de torneos y forja de
legendarias camadas de cracks, cuando más de cien jugadores decidieron
abandonarlo en 1984 para formar otro club que ya dejó de tener presente. Desde
entonces el rugby de la “U” nunca fue el mismo, los que quedamos nos hicimos
cargo de lo que había y hemos luchado a brazo partido para mantener nuestra
identidad, cumpliendo todos nuestros compromisos deportivos e institucionales,
pero los triunfos deportivos escasearon y hasta ahora no hemos podido recuperar
nuestro sitial histórico. Nunca nos repusimos de esa sangría, imbuida tal vez
de las mismas pasiones que hoy exhiben quienes pugnan por su autodeterminación
de la Unión Cordobesa de Rugby.
Salvando las diferencias, la comparación entre ambos sucesos
resulta inevitable. Universitario fue fundado como un club de futbol en abril
de 1907 y vaya uno a saber las veces que estuvo a punto de desaparecer en todo
ese tiempo, pero a fuerza de ingenio y esfuerzo cumplió en 2012 sus primeros
105 años de edad. En 1931 contribuyó a la implantación del rugby en la
provincia de Córdoba y hoy es el único de los clubes fundadores de la Unión que
sobrevive y conserva la afiliación. Son décadas de aporte ininterrumpido, no
sólo al rugby, sino a todo el deporte cordobés. Sin embargo todavía recuerdo
las sonrisas socarronas de algunos dirigentes de entonces, felices por nuestro
mal trance, en la mezquina certeza que con esa desgracia beneficiaban sus
propios intereses.
Hoy la Unión Cordobesa de Rugby es una entidad reconocida
como la segunda en importancia en nuestro país por la cantidad de jugadores que
nuclea y por los innumerables éxitos deportivos de sus equipos representativos
y sus clubes afiliados. Detrás de ese presente se apiñan años de trabajo de una
generación tras otra, de deambular con la sede entre bares y casas particulares
hasta la compra de la primera casa propia en la calle 9 de Julio. Un capital
humano y material forjado en décadas de acumulación de esfuerzos.
Sin entrar en detalles que harían escasear espacio para lo
principal, la pretensión de una equiparación automática entre los clubes que
actualmente constituyen la Unión con las esforzadas formaciones todavía en
ciernes de muchas ciudades de nuestro interior provincial, no sería un acto de
estricta justicia para aquellos han hecho méritos deportivos e institucionales
por décadas, que en definitiva es lo que garantiza la subsistencia de la
entidad como tal.
No ignoro que la cuestión del arancel resulta antipática y
que fue alzada como el principal estandarte de descontento, pero ese aspecto
debe quedar en un segundo plano y ser reemplazado por el cumplimiento de
requisitos de capacidad organizativa e institucional, junto con el
reconocimiento de autonomía, sacando del centro de la discusión la objeción
pecuniaria y permitiendo la reanudación del diálogo.
Hoy la cuestión parece más ubicada en el terreno de la
desconfianza mutua que en un antagonismo real, mucho más cuando la U.A.R. ha
dejado en claro que el conflicto debe resolverse fronteras provinciales
adentro, por lo que - cuanto antes - resulta necesario abrir canales de
comunicación en procura de una pronta solución.
Para no quedarme en el terreno de la simple expresión de
deseos, considero oportuno hacer propuestas concretas para colaborar en este
camino.
En el terreno formal, sería conveniente un reemplazo de
quienes tuvieron en su momento la responsabilidad de discutir estas cuestiones
y terminaron desembocando en la situación actual. En ese sentido me parece que
un contacto directo entre los dirigentes de los clubes de uno y otro lado
siempre sería positivo y serviría de instrumento para desactivar aquella
desconfianza.
Finalmente, acerco también como propuesta la implementación
de la cláusula estatutaria de la Unión Cordobesa de Rugby que contempla la
posibilidad de creación de subsedes de la entidad en todo el territorio
provincial, a los fines que el rugby del interior goce de autonomía – cuyo
alcance sería materia de discusión - aunque dentro de la entidad madre.
En este contexto abogo por el retorno de las partes a las
negociaciones, hago un llamado a la reflexión y el diálogo a todos los
protagonistas, les reclamo una visión menos estrecha y a la vez superadora de
los acontecimientos pasados, los invito a sentarse nuevamente en procura de una
alternativa que satisfaga los intereses en juego pero que por sobre todo
procure el beneficio del rugby provincial, evitando una confrontación que
absorbe recursos humanos y materiales, que sin duda serían de mayor utilidad
aplicados al deporte. Nada justifica poner en innecesario riesgo lo que tanto
ha costado construir…”
Ricardo Bordcoch
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