El futbolista nacido en
General Cabrera, una vez más parado en la última línea de cuatro, debió
soportar el amargo trago de una expulsión en el partido que San Lorenzo empató
frente a Quilmes.
San Lorenzo estaba de fiesta.
Cortaba una racha de cinco partidos sin ganar y, además, se daba el gusto de
salir de la zona de descenso directo, al ganarle a un rival directo como
Quilmes, que entonces se metía en la zona caliente del campeonato. Sin embargo,
cuando el partido se moría en el Nuevo Gasómetro, apareció el debutante
Mandarino para poner el definitivo 2-2 a los 47 minutos del segundo tiempo, que
mantiene a los de Juan Pizzi entre los tres equipos que descenderán en junio
del próximo año.
Era un rival directo el de
esta tarde en el Bajo Flores pero no por eso un equipo sencillo de vencer ya
que Quilmes llegaba después del importante triunfo sobre River en la última
fecha y contaba en su ataque con el goleador del campeonato, Martín
Cauteruccio, quien fue justamente el autor del primer gol del partido. Sí,
Quilmes golpeaba a San Lorenzo cuando apenas iban 12 minutos del partido con un
cabezazo que Migliore no pudo tapar.
La impaciencia de la hinchada
local se hacía sentir. Pero entonces algo de sangre joven le permitió al equipo
de Pizzi llegar al empate, cuando el pibe Alan Ruiz puso el 1-1 con un golazo.
Desde la tribuna, entonces comenzó a bajar el pedido hacia los jugadores,
porque sí o sí había que ganar. Y ese grito pegó fuerte en el equipo, que tres
minutos después de aquel empate, consiguió el 2-1 mediante Luis Aguiar, con el
que el Ciclón lo daba vuelta.
Antes de irse al descanso con
la tranquilidad de la victoria parcial, hubo un momento de turbulencia en el
Nuevo Gasómetro. Es que, a los ojos del árbitro Loustau, Buffarini cometió una
infracción en el área y Cauteruccio fue el encargado de ejecutar el penal. Fue
entonces cuando Migliore se agigantó en el arco, contuvo el tiro y le permitió
a su equipo mantener la ventaja.
La historia no estaba
finalizada. Y pese a que parecía que a San Lorenzo no se le escaparía la
victoria, la expulsión de Buffarini sobre el final fue sólo el adelanto de que
lo peor estaba por pasar. A los 47 minutos, y cuando la gente del Ciclón
festejaba salir de la zona de descenso, llegó el gol de Mandarino, un debutante
del Cervecero, que consiguió el 2-2. Un empate que le sienta mucho mejor a
Quilmes, que sigue afuera de la zona más caliente del campeonato.
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