Foto 1: El fantasma ( foto de Facebook" de Romina Chavez) |
Me crié al lado del Ford “T”
del museo, aquel que tiene más de mil historias, y a partir del fin de semana
un fantasma. Desde los cinco años hasta los doce viví en una casa rural y a
unos seis metros de la ventana de mi habitación un galpón que alguna vez fuera
salón de baile, hoy a punto de caerse, en ese galpón desde 1965 hasta 1993
estuvo guardado el Ford “T” hoy residiendo en condición de préstamo, si préstamo
no donación, en el museo de General Cabrera.
De niño muchas veces
ingresaba al galpón sólo para verlo, imaginaba mil historias, siempre lo
relacioné con esos viejos camiones que los circos llevaban sus carpas, las
sillas y hasta flacos leones enjaulados, recuerdo que mi madre me solicitaba no
jugar en le Ford “T” , ya que la presencia de algunas gallinas en el galpón
provocaba la presencia de unos insectos diminutos que llamábamos “hitas” que
obligaban a una minuciosa ducha finalizado el juego.
Foto 2: Estefanía Bessone en 1994 apenas restaurtado |
Para hablar del Ford “T”
debemos hablar de los Brignone una familia de laboriosos “gringos” radicados en
la zona de Puente Los Molles, de esos que amarraban los caballos a un arado
antes de que apareciera el primer rayo de sol por la mañana, mi bisabuelo don
José Brignone llegó desde la lejana Italia sin un centavo en sus maletas, se
casó en Argentina con Magdalena Falco “la nona viejita” para nosotros, también
inmigrante piamontesa venida de niña, su condición de muy laboriosos y de
familia que no tenían gastos excesivos les otorgó algún progreso económico,
aunque no la felicidad, ya que algunos de los hijos de don José fallecieron de
jóvenes y de niños en circunstancias muy tristes para la familia.
En 1923 cuando el campo aún
no había visto surgir el tractor los Brignone mostraron una novedad, casi no
había automóviles en la zona de Puente Los Molles e irrumpieron la tranquilidad
de la comuna con un flamante Ford “T”, el libro de la historia de Puente Los
Molles menciona varias veces esa anécdota. El automóvil originalmente no era
tipo pick up, tenía techo de lona hasta el paragolpes trasero y un asiento
atrás, hasta seis pasajeros viajaban cómodos.
Foto 3: Familia Lavini de General Deheza, al centro de la imagen Ana Norma Brignone, la única de los hijos de José que vive. |
Los Brignone fueron
adquiriendo más vehículos, la explotación rural estaba en manos de los hijos,
ya que José falleció joven y no disfrutó demasiado del simpático auto, mi
abuelo Juan era el mayor de la familia. Cuando en 1965 el Ford “T”, ya adaptado
como se lo ve en la actualidad con una caja contenedora, veía llegar la
recientemente creada Ford F 100 con caja grande, los Brignone habían resuelto
vender el viejo compañero de luchas; pero su madre argumentó que era un
recuerdo de familia, su primer auto y les pidió que nunca lo vendieran, por
ello la familia, aún hoy cumple la promesa de no venderlo, está ahí para que
todos los vean , tras las mudas rejas del museo, rodeado de fantasmas, los
fantasmas de la vida misma, fantasmas de mil viajes por caminos polvorientos.
Recordaba mi abuelo que
cuando llevaba más de seis años guardado en el viejo galpón de “El Espinillal”
un falla mecánica en la F 100 motivo la decisión de tratar de ponerlo en
marcha, le agregó combustible, no muy convencido y a dos vueltas de la manija
de arranque el viejo lobo arrancó y salió recorrer el ganado como en otras
épocas, fue su último viaje por 1972, hasta que el 30 de Junio de 1993 recorrió
las calles de Cabrera que cumplía 100 años de vida.
Foto 4: Así lucía el Ford T original, aunque su color era verde |
Integrantes de la comisión de
festejos del centenario lograron el préstamo del auto para el desfile, a cambio
de que teniendo en cuenta los costos de restauración quedara un año en
exposición en el museo que iba a inaugurarse, a ese año le llegó otro y otro,
hoy ya es parte permanente de la exposición del museo.
Para funcionar tiene dos
palancas al volante que regulan la mezcla de combustible con la salida de
gases, muy complicado para alguien que nunca lo manejó, por ello es que para
desfilar en el centenario consumió una veintena de litros de nafta, pero
desfiló.
Su color original era verde,
el negro llegó en 1993 es modelo 1923, y es de primera mano ya que tuvo un solo
dueño, la familia Brignone. No hablemos de fantasmas, mejor dejemos que cada
uno imagine lo que quiera, yo me imaginaba un circo andando por el mundo …
GERARDO BESSONE
Director de www.gentedecabrera.com.ar
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