El futbolista de General
Cabrera Pablo “Cholo” Guiñazú una vez más pudo lucir la camiseta de la
selección Argentina de Fútbol en el partido que argentina ganó en los 90
minutos y perdió en los penales. Guiñazú se ha convertiso en un convocado
permanente de Sabella, no sólo para amistosos como el de anoche, si no también
por eliminatorias.
La gran alegría y la
decepción estuvieron separadas por un lapso cortísimo de tiempo para Argentina.
Porque consiguió la victoria anhelada en los 90 minutos contra Brasil y sobre
la hora, gracias a un muy buen contraataque coronado por Scocco. Pero poco
después, en los penales, pagó muy caro la imprecisión en los primeros remates
-Cavallieri le atajó al Burrito Martínez y Montillo desvió su ejecución- y la
sonrisa se fue para el lado de Brasil por 4-3.
Antes de los penales hubo un
partido que recién se encendió en el final. Que a partir del gol de penal que
convirtió Ignacio Scocco se tornó emocionante, de ida y vuelta. Atrás habían quedado
80 minutos tediosos, aburridos y monótonos.
Con un primer tiempo donde
Brasil mostró una leve superioridad ante una Selección que mostró demasiadas
caras nuevas, dispuestas a convencer a Alejandro Sabella. Con escasas llegadas.
Argentina lo tuvo en una tijera del Burrito Martínez tras una acción made in
Vélez que habían construido Cerro y Domínguez. Y Brasil la dejó pasar en un
mano a mano que Neymar la tiró arriba del travesaño desde una inmejorable
posición.
Y cuando parecía que
Argentina iba a ser un demonio en el complemento, el amarretismo de Brasil fue
más. Porque se tiró atrás, resignó el ataque y dejó en soledad a Fred. Neymar,
de aceptable primer tiempo, casi que no la tocó.
Argentina, en tanto, fue un
manojo de nervios. Con muchas ganas, mucha voluntad pero escaso fútbol. Con
Martínez como factor desequilibrante. El delantero de Corinthians tuvo dos muy
claras. En una le faltó sensibilidad en su pie derecho para controlar la pelota
y eludir al arquero. En la otra le faltó tranquilidad para definir.
El partido se jugaba en el
campo brasileño pero el arquero Jefferson pasaba una noche tranquila. Hasta que
llegó ese contragolpe feroz que encabezó Gino Peruzzi y continuó en Walter
Montillo. Y el ex San Lorenzo habilitó a Martínez, quien cayó al mínimo
contacto. ¿Penal? No pareció. A Scocco poco le importó y fusiló al arquero.
En medio de los festejos,
llegó el balde de agua fría en una de las noches más calurosas del año. Porque
en el primer avance serio de Brasil, Jean pateó mal, la pelota quedó boyando y
Fred mostró su oficio de goleador. Adentro. Y volver a empezar.
Cuando el partido se moría,
cuando los asistentes estaban armando el escenario para la entrega del trofeo,
Montillo la guapeó, la llevó, se cayó, se levantó y se la sirvió a Scocco. Y el
goleador del Torneo Inicial no perdonó. Bajo y cruzado para marcar el merecido
2-1. Después llegaron los penales y la copa del Superclásico de las Américas
quedó fue para Brasil.
¿Qué le quedó a Sabella? La
confirmación de ese lateral derecho que es Peruzzi, una futura incorporación al
plantel mayor, un futbolista que se ganó la chance de jugar con Lionel Messi.
Por determinación, por ganas y por su entrega. También fue buena la actuación
de Francisco Cerro, un volante central con criterio y personalidad, que dejó la
cancha exhausto por el esfuerzo realizado. Un Burrito Martínez picante, vivo,
atrevido y con hambre de gol. Un conductor como Walter Montillo que supo
comandar el ataque argentino y participó en los dos goles. Y un Scocco que en un
puñado de minutos convirtió por duplicado. Cinco nombres con futuro celeste y
blanco.
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