El deportista de General Cabrera Julio Buffarini,
es el hombre que se ve aliviado por el planteo táctico. Antes era el único
disparador de tres cuartos hacia adelante. Hoy, es un arma peligrosa, aunque no
todas las pelotas pasan por él. Marcó el 2 a 0, con un gran remate de, a los 42
minutos, que le ganó la posición Nicolás Batista en un retroceso defensivo. Gol
de Buffarini, goles nacidos en Cabrera.
El fútbol, como la vida, es
una cuestión de intenciones. Una propuesta, una idea o un motor de cambio. Al
cabo, la argumentación de San Lorenzo en el marco de su levantada es su impulso
por querer ser de otra manera. Por presentarse a su destino con otras cartas.
En las acciones previas a lo que realmente pasa en la cancha es que se sostiene
el resurgir azulgrana. Luego, lo que ocurre en el propio terreno de juego con
futbolistas que, puntualmente, han mejorado en su nivel individual. La pérdida
de la tranquilidad del complemento trajo nuevamente los fantasmas que aparecen
cuando se agrupa atrás.
En los momentos en los que
San Lorenzo respeta las intenciones que propone su entrenador, la cosa se
vuelve más sencilla. Cuando entra en la lógica de mirar hacia atrás, la
historia se complica.
Enzo Kalinski es la primera
referencia. El ex Quilmes solía pararse bien pegado a Pablo Alvarado y Nicolás
Bianchi. Con Caruso Lombardi, el hábito de pegar la cola contra los centrales
era una práctica habitual. Ayer, cortó en varias oportunidades la salida de
Argentinos cerca del arco de Ojeda. El de Gabriel Schurrer es un equipo
eléctrico. Por ahora se queda en los chispazos que le aportan tanto Leandro
Barrera (una aparición más que interesante) y Santiago Nagüel (que podría haber
tenido algunos minutos más de juego). Juan Anangonó es la referencia de
peligro. Anoche no apareció.
Si de intenciones se habla,
pues Argentinos manda a Matías Laba a realizar funciones de obrero en el
4-1-4-1. El pibe, con una facultad interesante para administrar el balón,
termina pagando por correr y correr para solucionar las espaldas de sus
compañeros. En el complemento se soltó y el Bicho encontró otro fútbol.
En el marco de las acciones
de los dos, San Lorenzo llegó a la ventaja por medio de dos de sus referencias
más importantes. Stracqualursi lo es por sus goles importantes en partidos en
los que incluso no logra rendimientos sobresalientes. Buffarini, por su parte,
es el hombre que se ve aliviado por el planteo táctico. Antes era el único
disparador de tres cuartos hacia adelante. Hoy, es un arma peligrosa, aunque no
todas las pelotas pasan por él. Es un equipo más coherente el de Juan Antonio
Pizzi.
La segunda parte trajo las
suertes de aquello que se denomina "el peor resultado". Y, al cabo,
el 2 a 0 otorga comodidades que, un gol sorpresivo como el de Oberman, ponen en
duda de cara al resto del encuentro. Por eso, San Lorenzo se replegó y manejó,
aunque sin éxito, el contragolpe. El fuerte se solidificó en la buena tarea de
Pablo Migliore.
La sombra del partido fue la
mala tarea de Carlos Maglio. Increíblemente, dejó sin sanción a una entrada muy
fuerte de Nicolás Batista. Y debió haber expulsado a Buffarini y a Oberman.
El resumen fue el gran
partido de Gonzalo Prósperi. Parado como lateral, sumó músculo al mediocampo en
algunos momentos y hasta terminó salvando la ropa del equipo como lateral
izquierdo ante la infantil expulsión de Kannemann. Entonces, suma San Lorenzo. Por
las intenciones nobles que presenta el equipo. Y también por el esfuerzo de su
figura.
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