La “Comedia Cordobesa”, grupo
teatral dependiente del Gobierno de Nuestra Provincia pondrá en escena la comedia
tradicional del teatro, “El conventillo de la paloma”; la obra llega a Cabrera
en el marco de los corredores culturales de la “Agencia Córdoba cultura” del
Gobierno provincial; la función será en la sede de “Ateneo Vecinos Barrio
Argentino” el viernes 14 de Junio, la entrada General ascenderá a $ 40 con una
diferenciada de $ 30 para Jubilados y estudiantes.
El elenco oficial de nuestra
Provincia visita General Cabrera entre
valsecitos y rancheras, en un bailongo que abraza al público con los actores
sobre el final de una puesta tradicional que respeta el espíritu festivo
original. La pieza de Alberto Vaccarezza “El conventillo de la paloma” es un
texto conocido por los actores, que la interpretan por tercera vez, en este
caso bajo la mirada entrenada de Lito Fernández Mateu -amplio conocedor por
herencia familiar del componente circense, parte vitalicia del género criollo-,
quien supo extractar la esencia de la obra, despojándola de personajes menores,
para el lucimiento de los protagonistas. Y este aire ha sido aprovechado con
libertad por los talentos de la Comedia, algunos de los cuales, próximos a
jubilarse, se despiden a lo grande de la compañía con este sainete.
Oscar Mercado, Alvin Astorga,
Giovanni Quiroga y el mismísimo Mateu aportan acento y humor a los hombres del
conventillo, pintorescos inmigrantes y vivillos, embobados por la belleza
liberal de Paloma, en la piel de Gabriela Grosso. El destacado Pablo Tolosa le
pone gomina al guapo “Villa Crespo”, convincente galán en la trama sentimental,
que se mide con el malevo “Paseo de Julio” de Gonzalo Tolosa, el maltratador
que empuja a la Paloma a refugiarse en lo del tano Miguel.
Adrián Azaceta arranca
carcajadas con su “Conejo” y le saca el jugo al lunfardo porteño. Pero hay un
power trío que se mete al público en el bolsillo de sus faldas: el compuesto
por Yeya Quiroga, Adriana Quevedo y Edmeé Arán, que le dan cuerpo y picardía a
las deliciosas “Doce Pesos”, la “Turca” y la “Gallega”. Sus personajes
femeninos no sólo mueven la acción, sino que a partir de los celos, cuestionan
los supuestos subyacentes sobre la mujer que trajeron en las valijas de los
barcos y que desde entonces dicen presente en la cultura popular argentina.
Detrás de los trazos gruesos,
Vacarrezza no sólo describe la agitada convivencia en los conventillos entre
los extranjeros y las figuritas criollas de percantas, compadritos y
atorrantes, sino que además recrea los rasgos de identidad que de allí
resultaron. El machismo, los estereotipos aplicados a la mujer, la igualdad de
derechos, la violencia y el honor son puestos en tensión por los personajes. Y
aunque la resolución del conflicto femenino precise del apoyo de un varón, la
comedia abre ágilmente la puerta a estas cuestiones más profundas y cuya
discusión actualiza su vigencia. Y todo, en un lugar con su propia carga
simbólica: el Patio Interno del Museo de las Mujeres.
Así, la obra transcurre,
afuera de la convención teatral y con la fisonomía del conventillo. Con la
capacidad del Ateneo , habilita la interacción con el público, sobre todo en el
bailongo, en el que hasta Azucena Carmona da unos pasitos en los brazos del
“goyega”. Una obra que resultará familiar para los veteranos y una invitación
para que las nuevas generaciones transiten el origen de nuestro teatro
nacional.
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